Hace unas semanas se celebró el carnaval en el colegio. En esta ocasión, en lugar de venir disfrazados, celebramos el Entierro de la Sardina. A lo largo de la Semana, Doña Cuaresma, nos iba pidiendo que nos atusáramos con diferentes consignas.
El lunes tocaba pintarse o decorarse la cara como cada uno lo deseara, y estos fueron algunos de los resultados.
El martes, tenían que traer algo en el cuello, bien una bufanda, una pajarita, una corbata... algo con lo que a lo largo del día, no dieran mucho la lata
Y por último, el miércoles, antes de enterrar a la sardina, tenían que traer algo en la cabeza, bien una gorro, un adorno, o una boina.
Además, mientras cada clase venía durante la semana con sus consignas vestidos y pintados, los profes del cole, estaban trabajando duro para que todo saliera bien el día del Entierro de la Sardina (miércoles por la tarde)
Y en la tarde del miércoles, llego el turno del Entierro de la Sardina. Los alumnos de sexto de primaria fueron los encargados de llevarla y llorar esta "gran pérdida". Por lo tanto, los chicos y chicas de 6º de primaria fueron los primeros en desfilar con sus vestimentas negras, siempre dándole un toque de color.
Tras depositar a la Sardina sobre su lecho, todos los alumnos del Colegio, desde 5º de primaria hasta los peques de infantil, fueron pasando para despedir a la preciada sardina, todos ellos acompañados de sus profesores y profesoras, muy bien ataviados para la ocasión. Los más pequeños depositaron junto a la gran Sardina, sus pequeñas sardinitas que habían decorado y coloreado a lo largo de la semana. Tras el desfile de los niños y profesores, los padres más afligidos por la pérdida también desfilaron y despidieron a la sardina.
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Madres afligidas 1 |
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Madres afligidas 2 |
A la vez que se desfilaba, se entonaba la canción que podéis leer en este enlace. Y a continuación, Fernando, un antiguo profe del centro y Juan Jesús, leyeron de forma muy divertida la Epístola de Cabrin Cabrate. Después llegó el momento de despedirnos de ella definitivamente, se quemó la sardina, y todos nos llevamos la sorpresa de que estaba llena de petardos y una gran traca que a los niños les encanto. Esto no habría sido posible hacerlo sin la colaboración de los Bomberos de Alcorcón.