martes, 24 de marzo de 2015

Entierro de la Sardina

Hace unas semanas se celebró el carnaval en el colegio. En esta ocasión, en lugar de venir disfrazados, celebramos el Entierro de la Sardina. A lo largo de la Semana, Doña Cuaresma, nos iba pidiendo que nos atusáramos con diferentes consignas.

El lunes tocaba pintarse o decorarse la cara como cada uno lo deseara, y estos fueron algunos de los resultados.

El martes, tenían que traer algo en el cuello, bien una bufanda, una pajarita, una corbata... algo con lo que a lo largo del día, no dieran mucho la lata

Y por último, el miércoles, antes de enterrar a la sardina, tenían que traer algo en la cabeza, bien una gorro, un adorno, o una boina.

Además, mientras cada clase venía durante la semana con sus consignas vestidos y pintados, los profes del cole, estaban trabajando duro para que todo saliera bien el día del Entierro de la Sardina (miércoles por la tarde) 


Y en la tarde del miércoles, llego el turno del Entierro de la Sardina. Los alumnos de sexto de primaria fueron los encargados de llevarla y llorar esta "gran pérdida". Por lo tanto, los chicos y chicas de 6º de primaria fueron los primeros en desfilar con sus vestimentas negras, siempre dándole un toque de color. 



Tras depositar a la Sardina sobre su lecho, todos los alumnos del Colegio, desde 5º de primaria hasta los peques de infantil, fueron pasando para despedir a la preciada sardina, todos ellos acompañados de sus profesores y profesoras, muy bien ataviados para la ocasión. Los más pequeños depositaron junto a la gran Sardina, sus pequeñas sardinitas que habían decorado y coloreado a lo largo de la semana.  Tras el desfile de los niños y profesores, los padres más afligidos por la pérdida también desfilaron y despidieron a la sardina. 


Madres afligidas 1
Madres afligidas 2
A la vez que se desfilaba, se entonaba la canción que podéis leer en este enlace. Y a continuación, Fernando, un antiguo profe del centro y Juan Jesús, leyeron de forma muy divertida  la Epístola de Cabrin Cabrate. Después llegó el momento de despedirnos de ella definitivamente, se quemó la sardina, y todos nos llevamos la sorpresa de que estaba llena de petardos y una gran traca que a los niños les encanto. Esto no habría sido posible hacerlo sin la colaboración de los Bomberos de Alcorcón.


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